Los pájaros
que habitaban el lago Estínfalo eran carnívoros y tenían pico, garras y alas de
bronce. Además sus excrementos eran venenosos y por ello arruinaban los
cultivos.
Euristeo
comandó a Heracles a exterminar a los pájaros que poblaban este lago, como su
sexto trabajo, pues en ocasiones los pájaros mataban al ganado o a la
población. Cuando llegó al Lago, se dio cuenta que la misión era muy
complicada, ya que los pájaros eran demasiados para sus flechas. Entonces,
apareció Atenea, quien le otorgó un cascabel de bronce y le dijo que fuese a
una montaña elevada y lo hiciera sonar. Una vez hecho esto, los pájaros que no
habían sido alcanzados por las flechas de Heracles huyeron y fueron encontrados
y exterminados años después por los Argonautas. Cuando Heracles regresó donde
Euristeo, varios de los pájaros circundaban su palacio, por lo cual Heracles
hizo sonar el cascabel y los pájaros huyeron.
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