jueves, 20 de abril de 2017

El Mausoleo de Halicarnaso

El Mausoleo de Halicarnaso  fue un monumento funerario suntuoso construido entre el año 353 a. C. y el 350 a. C. en Halicarnaso (actualmente Bodrum, Turquía) para Mausolo, un sátrapa del Imperio persa. La estructura fue encargada por su esposa y hermana, Artemisia II de Caria, a los arquitectos griegos Sátiro de Paros y Piteo.


El mausoleo medía aproximadamente 45 metros de altura, y cada una de las cuatro plantas estaba adornada con relieves escultóricos creados por cada uno de los escultores griegos Leocares, Briaxis, Escopas de Paros y Timoteo. La estructura del mausoleo fue considerada un gran triunfo estético, tanto que Antípatro de Sidón lo consideró como una de las Siete Maravillas del Mundo. Esta edificación, asimismo, indica una nueva tendencia hacia lo monumental en el arte del período pos-clásico o helenística.

En el 623 a. C., Halicarnaso fue la capital de un pequeño reino en la costa del Asia menor. En el 377 a. C. el gobernante de la región, Hecatomno de Milasa, falleció y dejó el control del reino a su hijo, Mausolo. Hecatomno, un sátrapa bajo los persas, tomó el control de algunas de las ciudades y distritos vecinos. Tras Artemisia y Mausolo, tuvo otros hijos: Ada, Hidrieo y Pixodaro. Mausolo extendió su territorio hasta la costa suroeste de Anatolia. Artemisia y Mausolo gobernaron Halicarnaso y el territorio que lo rodeaba durante veinticuatro años. Aunque Mausolo descendía de nativos de allí, hablaba griego y admiraba el estilo de vida y de gobierno griegos. Fundó muchas ciudades de diseño griego a lo largo de toda la costa y alentó las tradiciones democráticas griegas.
El mausoleo soportó las invasiones y la destrucción de la ciudad por Alejandro Magno, los bárbaros y los árabes, pero, finalmente, fue destruido por un terremoto en el año 1404.

En 1522 los Caballeros de San Juan utilizaron los restos para la reparación del castillo de San Pedro de Halicarnaso. Por entonces se encontraron una serie de túneles, debajo de la construcción, que llevaban a los sarcófagos de los difuntos reyes. La tumba fue saqueada por ladrones y hoy ya no quedan restos de ella.
Partes del grupo escultórico situado en la parte más alta (un grupo con un carruaje de cuatro caballos) y algún friso se salvaron, y hoy se pueden admirar en el Museo Británico en Londres.

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