Zeus y Hera le pidieron que dicidiese la cuestión de con qué sexo, masculino o femenino, experimentaba más placer en sus relaciones sexuales. Zeus afirmaba que era como mujer, y Hera decía que como hombre. Cuando Tiresias estuvo de acuerdo en Zeus, afirmando que la mujer recibe nueve décimos del placer, Hera lo cegó. Como Zeus no podía deshacer esta maldición, concedió a Tiresias el don de la profecía. Una versión alternativa y menos conocida de la historia cuenta que Tiresias fue cegado por Atenea tras encontrársela bañándose desnuda. Su madre, Cariclo, rogó a la diosa que deshiciera su maldición, pero Atenea no podía hacerlo y a cambio le concedió el don de la profecía.
Comentario: Tiresias cometió un error y fue castigado pero luego se vio en una situación parecida a la que le transformó en mujer y decidió revertir la situación y comprobó que prefería ser mujer y volvió a ser castigado por Hera que no le gustó su decisión.
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